
Ella, por su lado, no podía hacerse amiga del sueño, y se sobresaltaba cada vez que lograba cerrar lo ojos. Así se sentía cada vez que tenía que tomar una decisión crucial en su vida. ¿En qué momento había dejado de quererlo?, nunca. ¿Puede una persona ser tu mundo un día, y al otro no ser más que un recuerdo?...