Hay un punto en la vida, en el que te das cuenta: quién importa, quién nunca importó, quién no importa más, y quién siempre importará. No deberíamos preocuparnos por la gente del pasado, hay una razón por la que no estarán en nuestro futuro.

¡Dos extraños!

No toda distancia es ausencia,
ni todo silencio es olvido.

De vuelta a la rutina!

aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaah!
aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaah!
aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaah!
aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaah!
aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaah!
aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaah!
aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaah!
aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaah!
aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaah!

Disimulando lo triste y conservando la calma.

Gracias por entrar en mi ser, gracias por regalarme siempre un nuevo dia, gracias por darle sentido a cada uno de ellos, gracias por escucharme, gracias por cada mirada, por cada beso, cada abrazo, cada risa, gracias por llegarme al corazón, gracias por ayudarme a encontrar la felicidad, gracias por dejarme que me enamore de vos, gracias por enseñarme a quererte y a compartir con vos cada momento, gracias por darme ilusion, gracias cada mensaje, cada charla, cada palabra que me decis, gracias por entregarme tu amor, gracias por dejarme ser quien soy, gracias por mostrarte tal cual sos, gracias por tu confianza, gracias por dejarme conocerte, gracias por dejarme formar parte de tu vida, tu historia, gracias por compartir cada momento, gracias por ser quien sos,
gracias por entrar en mi vida.

Te regalo un camino de tropiezos y una mano fuerte en tu hombro, para cuando quieras caerte conmigo. Te regalo la multitud de soledades, que te precedieron, para que construyamos nuestros propios días de sol. Te regalo una cadena de errores, para que compartamos culpas, dividamos penas, suprimamos castigos. Te regalo la certeza de que siempre se vuelve al principio, principio y fin de todo este andar. Te regalo los resabios de este corazón, hecho y deshecho y vuelto a armar, que encuentra, en los huecos del tuyo, el ensamble más perfecto. Te regalo la infinidad de las palabras tiernas, que no me sale decirte, pero que luchan por escapar del pecho. Te regalo las canciones que no escribí, ni voy a escribirte, aunque sepas, que te pertenecen por completo. Te regalo un sinfin de verdades dolorosas y punzantes, que todavía no alcanzo a contarte. Te regalo un cuerpo, común y corriente, que se sabe imperfecto, pero aún así está deseoso de tenerte. Te regalo, en suma, este puñado de pequeñeces, lágrimas que es mi vida, para que en ella dibujes tu silueta, su divino complemento, y continuemos caminando.