Te conocí un día de enero,
con la luna en mi nariz.
Y como ví que eras sincero,
en tus ojos me perdí.
Que torpe distracción.
Y que dulce sensación.
Y ahora que andamos por el mundo,
como Eneas y Benitin.
Ya te encontre varios rasguños,
que te hicieron por ahí.
Pero mi loco amor,
es tu mejor doctor.
Voy a curarte el alma en duelo,
voy a dejarte como nuevo,
y todo va a pasar,
pronto verás el sol brillar..
Tú más que nadie mereces ser feliz.
Ya vas a ver como van sanando
poco a poco tus heridas.
Ya vas a ver como va
la misma vida a decantar la sal que sobra del mar.
Y aunque hayas sido un extranjero
hasta en tu propio país.
Si yo te digo ¿qué dices tu?,
tu aún dices ¿que decís?.
Y lloras de emoción oyendo un bandoneón.
Y aunque parezcas despistado con ese caminar pausado,
conozco la razón que hace doler tu corazón,
por eso quise hacerte esta canción.
Ya vas a ver como van sanando
poco a poco tus heridas.
Ya vas a ver como va
la misma vida a decantar la sal que sobra del mar.
Peteco Carabajal en Cuba
Hace 13 años
No hay comentarios:
Publicar un comentario